Cayendo en una depresión por tí.

Venia llegando a mi casa después de un largo y agotador día de clases, tenía tres pruebas el mismo día la noche anterior solo estudie y no dormí casi nada solo una hora creo.

Cuando llegue a mi casa supuse que mis padres no estaban, la casa estaba vacía y helada nadie había echó fuego.

Subí a mi pieza para buscar… Abrigo y descanso, pensaba en caer en un profundo sueño. Abrí la puerta y me tiré en mi cama… cuando recibí una llamada de mi pololo.

-Aló-

-Hola Jenny-

-Hola, ¿Qué pasa?- (algo extrañada)

-Tengo que ser muy sincero contigo no te puedo mentir-  (Comenzaba a sentir algo extraño)

-¿Mentir?- (le dije muy extrañada)

-Sí como lo as escuchado mentir- (respondía firme)

-¿con que…?- (Seguía extrañada)

-Con decirte que te amo-  (en ese mismo instante mi corazón se rompió, no lo entendía ¿Ya no me amaba?)

-Con decirme te amo ¿qué?- (las lagrimas caían por mi cara)

-Si lo siento mucho, pero ya no puedo más estaba contigo por cumplir una apuesta con mis amigos, pero tienes que saber que eres una gran persona-

-Pero….- (el cortó la llamada)

Me tiré de nuevo a la cama miraba el techo, sin menor distracción, si no fuera por las muñecas y algunos posters que tengo de mis amores platónicos. Pensaba en mi cabeza.

-COMÓ PODÍA HABER SIDO TAN CIEGA-

-no lo eres, lo amas-

Respondía algo, detrás de mí, fue como un susurro, intimidante, que te instaba a salir corriendo, me asuste estaba sola en mi casa, después supuse que era solo mi imaginación y la respuesta a mi pensamiento, luego volví a pensar.

-SI HERAMOS TAN FELICES, EL ME AMABA-

-el nunca te amo, eras solo un juego para el –

En ese mismo instante grité.

¡QUIEN ANDA HAY! 

Me paré de mi cama, y con el arco de mi violín me defendía.

-Soy solo una vieja amiga tuya-

Respondía algo.

¡QUE RES. Y QUE QUIERES!

-que me tomes en cuenta como hace 5 años-

¡DONDÉ ESTAS!

-aquí en tu vieja caja de muñecas soy una de ellas-

 Por dios. Mi muñeca me habla. ¿Qué? Es real… (Pensaba en mi cabeza) cuando me acerque a mi vieja caja de muñecas tiré todo al suelo, todos mis muñecos olvidados salían con impulso de la caja, hasta que llegue a mi muñeca, mi frágil, muñequita de porcelana, estaba en malas condiciones su pelo estaba desordenado, no como la tenía hace poco.

-ves nunca te eh dejado sola nunca, soy tu amiga-

Me decía, y la forma de mover la boca era como si cada una de sus articulaciones de su cara se retorciera. La abrasé y la limpie, la deje tal y como estaba hace 5 años, la llevaba conmigo a todos lados, comíamos juntas mi madre me miraba raro una noche nos quedamos hasta la noche hablando de cosas de “mujeres” asta que decidimos dormir.

Al otro día cuando desperté me tenían en un hospital siquiátrico mi madre estaba al lado y al darse cuanta que abría mis ojos se acercó a mi y me decía.

Mamá: hija, todo será… para mejor  (interrumpía un enfermero)

Enfermero: ¿la llevamos?

Mamá: Sí, es para mejor. (Las Lágrimas caían de su rostro)

Me separaba de la mano de mi madre, cuando ella me decía te amo hija pero todo se torno extraño, me metieron a una pieza sola, con una camilla y un vaso de agua al lado, cuando oía gritar ¡AYUDENME! Y más gritos de tortura, me tapé los oídos y lloraba apoyando mi cabeza en el piso, cuando me di cuenta que mi linda muñequita de porcelana no estaba la busqué por todos lados miraba y no encontraba nada asta que abrieron la puerta y era un enfermero que me dijo…

Pórtate bien o si no pedirás ayuda igual que ellas.

Mi pensamiento se fue a él, al chico que me había dejado… mis ojos se llenaron de lágrimas y gritaba, y lloraba pegaba contra la puerta asta que entró el enfermero y me dijo te lo advertí.

*Daniela Prieto*